Bienvenido 2016
“… porque el mundo pertenece a
quien se atreve y la vida es mucho más para ser insignificante” Charles Chaplin
No hubo uvas a la media noche, no
hubo champaña y tampoco un abrazo caluroso como era costumbre.
Llego el 31 de diciembre y aun no
me lo creía. Mi primera celebración de año nuevo fuera de casa… al otro lado
del mundo, entre cientos de turistas, entre gritos, entre luces y juegos pirotécnicos,
entre sonrisas, entre la alegría y la nostalgia, entre el pasado y el futuro,
entre lo certero y lo desconocido… en Queenstown, Nueva Zealanda.
Ni siquiera me he preguntado en
donde estaría en este momento o que estuviera haciendo si no fuese en Nueva
Zelanda, pero definitivamente en lo que si pienso es en toda una cadena de
decisiones que me trajeron a este lugar.
Creo que como individuos somos el
reflejo de todo ese grupo de acciones, que por supuesto traerán consigo sucesos
futuros que determinaran o no lo que para cada uno abarque el concepto de
felicidad. Y no es algo que solo involucre el futuro, de hecho involucra tanto el
pasado como el presente, decisiones tales como escoger una carrera, elegir una pareja
e incluso cosas tan sencillas como elegir un restaurante para cenar, el próximo
concierto al que asistir o el medio de
transporte a utilizar, darán paso a un sinfín de reacciones futuras.
Me parece increíble como una acción
tan sencilla como abrir un correo me haya abierto las puertas a este increíble país.
Ya cumplo más de un mes de haber empezado esta linda experiencia que sin lugar
a duda me ha traído muchos momentos de plenitud y felicidad más memorables, así
como también algunos de nostalgia y reflexión.
Y es así como estoy a punto de
culminar el año, con reflexión. El 2015 ha sido el año más significativo y
enriquecedor hasta ahora. Fue el año en el que la toma de decisiones personales
y profesionales dio paso a lindas experiencias y momentos inolvidables. Este
2015 no fue un año cualquiera, fue el año en el que descubrí que el viajar se
ha convertido en unas de mis pasiones, un año que trajo consigo amistades y
experiencias únicas. Fue un año de viajes, pero más allá de eso, fue un año de
aprendizajes, de atardeceres, de sabores, de calles empedradas, de colinas que parecían
inalcanzables, de paisajes únicos, de soles incandescentes, de encuentros
inesperados, de personas asombrosas y de memorias imborrables.
Tan solo unos minutos frente a
uno de los lagos de Queenstown, mientras el conteo regresivo no daba espera
para iniciar el 2016, fueron suficientes para darme cuenta lo bendecida que soy y que así como empecé un
2015 también inicie un 2016, ¡viajando!
Una vez más, estaba totalente
agradecida con Dios y mi familia por su apoyo incondicional, pero además con
English New Zealand y Education New Zealand, por esta increíble experiencia que
marco por completo una de las mejores etapas de mi vida.
Es normal sentir nostalgia, pero
mis lágrimas no solo fueron de tristeza, por el contrario fueron de felicidad absoluta, porque he
sido capaz de plantearme retos, de cambiar la rutina, de empezar cosas nuevas,
de salir de casa, de explorar el mundo, de vivir plenamente el presente, de
explorar lo inexplorado, de disfrutar de las sonrisas, de mirar a los ojos de los transeúntes, de disfrutar mi soledad, simplemente ¡de vivir al límite! Porque
el mundo pertenece solo a quien se atreve, quien no le teme a la vida y a quien
es capaz de trabajar para hacer posibles que todos los sueños se conviertan en realidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario